miércoles, 25 de mayo de 2011

Insomnio, el canto del cisne negro



Título Original: Non Ho Sonno/Sleeples (2001)
Director: Dario Argento
Guión: Franco Ferrini y Dario Argento
Actores: Max Von Sidow, Stefano Dionisi, Chiara Caselli, Rossella Falk, Gabrielle Lavia, Roberto Zibetti, Paola Maria Scalondro, Roberto Accornero







Es una verdad irrefutable. Me causa tanta desdicha como regocijo hablar de una película como Insomnio (Non Ho Sonno) del director romano Dario Argento en esta entrada. Me alegra porque supuso una gran obra, un retorno al pasado en el que recuperábamos al Argento más puro e inspirado. Pero también me apena considerablemente porque fue su última cinta destacada y dado el caso estamos hablando de un largometraje que se estrenó en el año 2001 y ha llovido bastante desde entonces, es innegable.




En en el año 2001 Argento venía de perder el norte en los 90 con cintas insatisfactorias, fallidas o indignas de su talento como la insoportable La Sidnrome de Sthendal o su desconcertante versión de El Fantasma de la Ópera de Gaston Leroux. Salvándose de la quema sólo aquella memorable recuperación del giallo que supuso Trauma, con Brad Dourif, su hija Asia Argento, Piper Laurie o Christopher Rydell, el protagonista de la inefable Sangre y Arena de nuestro Javier Elorrieta. Por eso el estreno de Insomnio fue todo un acontecimiento para los que hemos disfrutado con gran parte del grueso de la obra del director de Suspiria.




Non Ho Sonno es un giallo puro de la vieja escuela, deudor tanto del mismo Argento como de coetáneos suyos de la talla de Mario Bava, Lucio Fulci o Umberto Lenzi. La cinta viene a ser una actualización de Rojo Oscuro (Profondo Rosso), uno de los gialli más puros de Argento y para el que suscribe la cumbre de su carrera como cineasta. El director de Phenomena utiliza apuntes de aquella joya protagonizada por David Hemmings, como una atmósfera infantil pretendidamente pervertida, marionetas utilizadas como elementos amenazantes, traumas acontecidos en la niñez y una investigación policíaca que incita a un cruce de distintas pistas y tramas que desembocarán en el mismo caso.




Argento vuelve a sus habituales lugares comunes dentro del plano cinematográfico, los mismos que sirvieron para cimentar gran parte de la estructura formal y conceptual del subgénero giallo, que él mismo (junto a algunos otros cineastas como los que he mencionado en el tercer párrafo) llevó a lo más alto en la segunda mitad de la década de los 70 y la primera de los 80. Sucio ambiente suburbano, atmósfera nocturna y lluviosa, teatros en los que tienen lugar asesinatos entre bambalinas, relaciones afectivas o románticas poco desarrolladas y nada creíbles y una omnipresencia considerable de las fuerzas de la ley siguiendo la pista de un brutal asesino en serie que mata con arma blanca y siempre con las manos enguantadas.




Argento, a pesar de tener un estilo definido como cineasta y hasta si me apuran un discurso propio, siempre ha sido más un realizador que un verdadero director en toda la amplitud de la palabra. Debido a sus límitadas dotes como guionista y sus pocas virtudes para la dirección de actores (que para colmo están doblados en todas y cada una de sus cintas, a pesar de estar las mismas rodadas en inglés) siempre ha antepuesto la estética de sus productos a la historia que con ellos nos quiere narrar. De ahí que cuando decide ponerse detrás de las cámaras prefiere llevar a cabo una excelente realización técnica (siempre ayudado por la fotografía, la dirección artística y el diseño de producción) que ser coherente narrativamente con su propia criatura cinematográfica.




Por eso en Sleepless, al igual que en Suspiria o la fallida Opera, Argento se centra casi totalmente en dar un acabado técnico de alto nivel a su visión. Gracias a ello en la cinta que comento podemos ver momentos de alto voltaje cuando el italiano decide hacer virguerías con la cámara o acrecentar con la construcción de planos un suspense que llega en ocasiones a crear verdadera inquietud en el espectador. Tómense como ejemplo pasajes como el de la prostituta en el tren, el flashback con el enano contando cuentos, el asesinato con la pluma, la chica asesinada en el portal o la visita nocturna al apartamento del detective Moretti. Todas ellas parecen haber sido sacadas de obras pretéritas y memorables del Argento como El Pájaro de las Plumas de Cristal, El Gato de Nueve Colas o Ténebre.




También hay, como es habitual en Argento y una de sus señas de identidad inconfundibles, una delectación mórbida por esos rituales artísticos que suponen para él los asesinatos llevados a cabo por el desconocido personaje del homicida, rol clave en todo giallo que se precie de serlo. Hay un par de escenas que podrían incluirse entre las más brutales que Argento ha rodado en toda su carrera. Una es indudablemente la del clarinete, que a depende qué tipo de espectador puede causarle cierto impacto (doy fe de ello, mi pobre padre la sufrió en sus carnes) o la de la chica asesinada contra la pared que también se las trae. Para dejar cierto misterio, pero también algo de luz con respecto a dichas secuencias al lector, diré que ambas escenas tienen que ver con las dentaduras de los personajes.




De los actores no se puede hablar demasiado, como suele ocurrir en la mayoría del films del amigo Dario. El reparto está entre correcto y poco inspirado. Curiosamente las víctimas de los crímenes viven más sus secuencias del rodaje (por la implicación física que suponen las mismas, todo hay que decirlo) que los actores principales, de los que sólo se puede destacar la habitual excelente labor del sueco Max Von Sidow, que da con su presencia la necesaria dosis de solmenidad, veteranía, inteligencia y elegancia al producto, con su detective retirado que parece salido directamente de cualquier buen ejemplo de novela negra.




Por último destacar otro de los alicientes, más interesantes para un servidor, que sirve para que Insomnio nos devuelva parte de la época dorada de Argento como maestro europeo del terror. Nada más y nada menos que la presencia del grupo de rock italiano Goblin en la banda sonora del film. Goblin, fueron los habituales compositores de los scores de los largometrajes del director desde mediados de los 70 hasta bien entrados los 80. La banda de Claudio Simonetti compone algunos de los temas más inspirados que han podido ofrecer en una cinta de Argento, aunque curiosamente dichos cortes son de una sencillez compositiva sorprendete. Aumentado todos ellos ese clima infantil que posteriormente torna en macabro y aterrador durante el metraje.




Hace diez años que Insomnio se estrenó, tras ella Argento no ha vuelto a ofrecernos una verdadera buena película. Mediocridades como El Jugador (Il Cartaio), La Madre del Mal (La Terza Madre) o Giallo, apuntan a lo peor. Dario Argento posiblemente esté acabado como cineasta que tiene algo que ofrecer al público. Ese sentido entre demodé y clásico que tiene sobre el thriller policíaco y de intriga inspirado en Htichcock parece haber desaparecido de su impronta, tal vez para siempre, aunque esperemos que no sea así. Por ahora sólo puedo mostrar una sensación entre temerosa y esperanzadora ante su más próximo proyecto. Una nueva versión de Drácula, con Rutger Hauer, su hija Asia Argento y Miguel Ángel Silvestre como protagonistas y rodada en el manido formato 3D. Que la madre de las lágrimas nos pille confesados y con kleenex en las manos, porque para bien o para mal tendremos que usarlos.


4 comentarios:

  1. Lo primero, y como casi siempre, te voy a reñir:el plural de giallo nunca será giallos, sino gialli. Son erratas que afean buenos conjuntos como este.

    Por lo demás relativamente de acuerdo,es un film apreciable, por su sencillez y gusto a los viejos buenos tiempos pero tampoco es una vuelta de ese gran Argento que cada vez dudo más si alguna vez existió realmente. Visto desde ahora cada vez salvo menos de su filmo grafía, Rojo Oscuro y Suspiria todavía permanecen firmes, Inferno resiste mal que bien , lo mismo para El pájaro...con el plus de sus capital importancia histórica. El esto es mediocridad o mendicidad. Por cierto que yo cambio la nefasta Trauma por la chirriante El síndrome...esa tenía una base que en otra época hubiera alumbrado un clásico.

    ResponderEliminar
  2. Me apunto lo de gialli, mi italiano es muy pobre, ahora lo corrijo. Tú regaña, mientras sea constructivamante y para que aprenda cosas nuevas siempre serás bien recibido.

    Yo sí veo en su filmografía bastantes obras remarcables. El Pájaro de las Plumas de Cristal, El Gato de las Nueve Colas, Suspiria, Rojo Oscuro, Phenomena, Inferno, Tenebre Trauma, Insomnio. Pero también es cierto que lo malo o mediocre como Cuatro Moscas Sobre Terciopelo Gris, Opera, El Síndrome de Sthendal (me chirrió mucho esa extraña experimentación por parte de Argento y Asia estaba para correrla a gorrazos) El Fantasma de la Ópera, El Jugador, La Madre del Mal, Giallo, pesan mucho en el conjunto de su obra.

    El caso es que yo lo he pasado tan bien con sus cintas memorables que le perdono que al tio sea tremendamente irregular y hasta, a día de hoy, un cineasta acabado. Y sí, Insomnio me resultó (y resulta) un muy buen trabajo que me pareció recuperar a un Argento del que yo tenía muy buen recuerdo.

    También me gustó su retorcido episodio para la primera temporada de la serie Masters of Horror, Jenifer, protagonizado y escrito por mi admirado Steven Weber, pero esa es otra historia.

    ResponderEliminar
  3. Bueno es que Asia Argento es una actriz (¿?) patética.
    Con Argento me pasa como con Frank Miller a otra escala. Su lamentable estado actual arroja una luz cada vez menos favorecedora sobre su pasado más o menos glorioso.

    Por otra parte la importancia de Argento con respecto al giallo está totalmente sobredimensionada y depende única y exclusivamente de un film, El pájaro de las plumas de cristal, que llegó en el momento preciso con la forma adecuada. Rompió taquillas y desató mil y una imitaciones. El resto de gialli de Argento no tuvieron ninguna transcendencia, incluso Rojo Oscuro, este si portentoso, al cual nadie le hizo el menos caso en 1975. la realidad es que hay otros autores tan o más importante que él en relación al género y otros tantos que dejaron algún film mucho más original y perdurable que tantos y tantos de Argento.

    ResponderEliminar
  4. Sí, no podemos hablar decir sea una buen actriz, pero en otras ocasiones hasta me ha fasciando verla no sólo por su físico (New Rose Hotel de Abel Ferrara, por ejemplo) pero en Sthendal con todo el lío de pelucas, asesinos, Thomas Kerschman desatado para mal dándole fatal la réplica, se me hizo innecesariamente surrealista e insostenible tanto su papel como la película en sí.

    Supongo que hay otros autores que se han introducido en el giallo y que lo han hecho con resultados tan buenos como Argento, pero también es cierto que cuando el amigo decide hacer uno bueno a mí me deja completamente fascinado por su sencillez y brutalidad.

    ResponderEliminar